Pura coca


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La cocaína (los médicos pueden llamarla 2Beta-carbometoxi-3Beta-benzoxitropano), proveniente de las hojas de la planta sudamericana coca, es una sustancia cristalina, granular, con un sabor salino, ligeramente amargo. Bloquea la conducción de los impulsos nerviosos tras la aplicación local (es decir, es anestésica). La vida de media dosis (lo que en inglés se llama half-life) en el plasma es de aproximadamente una hora. Ya hace un rato que la revista Cambio trató de trazar el nuevo mapa del consumo de coca en la ciudad de México. Según ella, siete de cada diez aficionados a las drogas la consumen. Es muy posible que sea cierto: entre chavitos, casi niños, entre todo el mundo, parece cada día más común. El doctor Freud escribió un tratadín sobre la coca, la usó en el desarrollo del psicoanálisis, en la interpretación de los sueños y la sugirió para el tratamiento de la adicción a la morfina.

Efectos inmediatos
En coca la música es tan ajena o inorgánica como en la “vida real”; no existe ese extraño amor que, en tacha, de alguna forma te une a todos los seres que están vivos. Tampoco “expande la mente” (así les gusta decir a algunos), como el ácido o, moderadamente, la mota. ¿Qué hace, entonces? De entrada, nulifica esas células que cubren el área de la nariz, neuronas que no están en el cerebro. (Por deformación profesional, tal vez, son mis neuronas absolutas favoritas. Nos hacen comprender que un vino no sólo es dulce sino que sabe a chabacano, a una fruta deliciosamente seca en el invierno, a guayaba, a higo. Son, según el estudioso Lewis Thomas, las únicas neuronas regenerativas del cuerpo humano.) Después propicia la liberación de dopamina (la sustancia que asociamos con la felicidad y el placer) y acelera el pulso; te hace sentir excitado, inquieto, ansioso. Tus reflejos se aguzan, se traba la mandíbula, duele la cabeza (se siente una como banda de calor en la frente), se dilatan las pupilas. Eres sumamente capaz de la concentración (leer poesía es un ejercicio revelador) y de la conversación argumentada. Puede haber escalofríos, dolor abdominal, náusea y vómito y, en intoxicaciones graves, delirio (un conocido una vez le hablaba a un amigo suyo imaginario: “Pepe, ¡no te vayas, Pepe!” para el friqueo general), pérdida de la conciencia y muerte. Según la RX List, la dosis fatal circunda los 1.2 gramos (imagínate el tamaño de esa línea). No es poco común la alteración de los patrones de sueño. Una sesión espesa de coca, un viernes, significa también un sábado sin dormir. Otro problema interesante es el del sexo; la coca puede despertar la erección o disparar la lubricación vaginal pero, por otro lado, impedirte alcanzar un orgasmo. Es difícil querer excitarse si no hay en el futuro la posibilidad de venirse.

Efectos de largo plazo
David Bowie se sonaba la pobre nariz y un moco horrible (“con forma de seso” dice) le salía de ahí. Hay gente, usuarios muy espesos, a quienes se les ha disuelto el tejido que divide las dos cavidades nasales. Por ejemplo, a Danniella Westbrook, ex modelo, y a Francis Rossi, de Status Quo, que se metía un pañuelo por un hoyo y se lo sacaba por otro. Por supuesto, eso requiere de un uso intensísimo. Otro probable efecto es la adicción y lo que ella puede implicar: desesperación y, ya que es un hábito particularmente caro, bancarrota. Inquietud, paranoia (Phil Spector no dejaba salir a su mujer de casa a menos que llevara en el coche un muñeco de plástico con forma de güey para ahuyentar ligones potenciales: típica paranoia coquera), alteraciones del ánimo, irritabilidad y alucinaciones auditivas también pueden venir con el paquetito.

¿Vas a probarla?
Ya que la coca le manda un estricto mensaje de acelere a tu cuerpo, es sabio no contradecir ese mensaje. El alcohol es una droga que funciona en sentido contrario, así que es mejor hacerlo a un lado esa noche. Tampoco los bazukos, cigarros hechos de mota y coca en partes más o menos iguales, son la mejor idea del planeta. Si has decidido meterte coca, hay que permanecer consciente: una buena línea es suficiente para una sesión de un par de horas. Resiste esa gana que da de seguir metiéndote otra y otra. Come, antes de ingerir y al día siguiente, aunque no te dé hambre (yo recomiendo una dieta mediterránea: un pescado azul, muchos vegetales y pastas). También sería ideal saber qué diablos te está dando tu díler. En general, la coca que se vende en la ciudad de México es porquería casi pura. Un jalón de coca más nueve de quién sabe qué. Por ahora, no hay forma de asegurarse. A veces, en tiempos recientes, dan ketamina, que es más peligrosa que la cocaína (su dosis fatal es mucho menor): en ella la sensación es de viaje, no de acelere, te desconecta del espacio y del tiempo. La rola Lost in the K-hole de los Chemical se refiere a esa sensación exasperante. Para el dolor de cabeza es preferible no tomar medicinas, que son nomás más trabajo para tu organismo: baja las luces (hay dolores causados por la dilatación de las pupilas), toma agua suficiente (pues a veces el dolor se debe a la deshidratación; medio litro más o menos a lo largo una hora), descansa. Si no puedes dormir, otra vez, no tomes pastillas. Si tienes tina (qué envidia) date un baño lento; evita los duchazos o power showers. Dicen que el té de manzanilla, las bebidas tibias con leche y el aceite de lavanda (un par de gotas en la almohada, por ejemplo) también son buenos. Quién sabe.

Música
En música, creo, no hay vuelta de hoja: la obra maestra de la coca es Station to station del gran jefe
David Bowie, un disco seco, helado, increíblemente duro. Además, contiene un par de líneas sensacionales:

It’s not the side-effects of the cocaine
I’m thinking that it must be love

También es bueno el Yes, please! de los
Happy Mondays y Ladies and gentlemen, we are floating in space de Spiritualized, que trae esta extraña revelación: Sometimes I have my breakfast straight off the mirror…

Intro

Juventud en éxtasis

Mi vida en ácido

Mucha mota

La última y me largo


2 comments

  1. Anonymous Anonymous 

    Hola, recientemente probé ácido y me pareció toda una experiencia...
    quisiera provar coca también, pero me dá mido por el asunto de la dependencia...
    sugerencias?

  2. Anonymous Anonymous 

    mi sugerencia es que si no has probado la coca estas de enhorabuena y te recomiendo no probarla

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