en medio del camino de esta vida
me encontré sumergido entre la mierda,
me encontré ya sin pila y ya sin cuerda,
en tus tetas pensaba, en la mordida
que les debo o que me deben, en ti
pensaba y en tu culo y tu tanguita,
tu vagina que mata y resucita,
pensaba en esas cosas cuando vi
la puerta que conduce al matadero,
pensaba yo en tus piernas, en tus brazos:
“ciudad doliente a 25 pasos”
leí imposiblemente en un letrero /
desperté y ni tus tetas ni tu culo:
qué poco le he aprendido al buen catulo.