Meleagro, Epigrama (Libro xii, Antología palatina)
spat Saturday, October 22, 2005 by alonso ruvalcaba | mándalo por mail 
Si algo me sucede, amada mía
(y cómo dudarlo: mírame, yazgo
inmóvil y en los huesos), si mañana
soy del polvo, si ésta fuera la noche
última, riega con vino mis cenizas;
sabe que te amé y volvería a amarte
otras mil veces; sabe, y no lo olvides,
que por una palabra tuya habría
ejercido cualquier buena acción
y dejado atrás la flor de los muchachos;
que oí tu nombre en las voces más bellas
y tu amor fue un dulce adorno de mi vida.
Talla en un alto muro una inscripción.
Di que busqué en todo tu Belleza,
y no la hallé, y quise ser feliz,
como todos los hombres, y no pude.Lo que quede es tuyo.(¿2000?)
por qué Alo?... por qué me haces esto?... fue como echarle salecita a la herida...
Muy apropiado... muy apropiado...
Una lectura un poco masoquista...
ay caray... si como que duele...
A ver.... vamos a leerla de nuevo...
Saludos!
(espero oirte en la semana)
Ah, qué lindo Alonso, ese es de los favoritos de Jardín y Mausoleo (que, por cierto, mi ejemplar está sufriendo una mutación de color muy extraña, ahora es entre rosa y azul Cancún, al tuyo le pasa igual???). Pues…para cuándo el que sigue? El material circa 1999 mmhhh ya fue, no? Qué escribiría Alonso 2006?
Te dejo dos párrafos, en el mismo tenor, de AGT. Nunca hemos leído juntos a Armando, verdad? Deberíamos hacerlo, te va a gustar.
El sol pega de lleno en las espaldas, la adversa sangre se detiene y el alma lívida enarbola sus terrores. Yo, el exangüe, el desairado, que sin pena ni gloria trascurría entre tardes perezosas ¿Cómo pude llegar a tan desesperado límite?
Solíamos agotar las luminosidades de la luna y levantarnos temprano. Ayunábamos frecuentemente y vagábamos por la noche sin el pánico habitual de los transeúntes. Una vez, de la que no quisiera acordarme, inspirados por no sé qué licores o efluvios, fuimos inmutables e imbatibles: descubrimos cadáveres, le hablamos de tú a la vida y resistimos las terribles fragancias de la putrefacción. Nunca hubiéramos empeñado nuestro ánimo en mudables empresas, así se habría preservado nuestra historia.
athewa querida, no es una lectura dolorosa; es una apropiación de otro poema nomás...
hay que oírse en la semana, sí.
isabel bella: sí es un poema ruquito pero, bueno, algo quería hacer con él; qué chingón está ese párrafo de armando; párrafos así borran mis estúpidos prejuicios de estudiante ñoño, chingá! voy a entrarle a ese escritor con muchísimo cariño(aderezado con la certeza de que armando te quiere a ti. suficiente).
jaja, si alguien NO tiene "estúpidos prejuicios de estudiante ñoño" eres tú, dear!!
y para darle el debido crédito a quien lo merece, los párrafos vienen de Armando González Torres, Los días prolijos, editorial Verdehalago, 2001 (también ya llovió, je).
uy! ya me iba sin reconocer a otro que merece también su respectivo crédito:
El poema que da título a este post viene de Alonso Ruvalcaba, Jardín y mausoleo, Premio Salvador Gallardo Dávalos 2003, Instituto Cultural de Aguascalientes, 2004.
Voila.
jeje. bueno, afortunadamente el libro es inconseguible... gracias por el crédito.
Ahora entiendo, ya se me hacia demasiado criptica su mensajada. No me sabia esa, felicidades.
Perdonen la falta de acentos, sigo sin arreglar esta madre.
me encantó el poema de Alonso, este blog es una excelente fuente de poesía. tienen algunas líneas para un dolido? así como para cortarse las venas?
saludos a todos.
querido anónimo,
a esta vieja nodriza siempre se le pone la piel chinita con la Oratio amatoria, a ver si te gusta:
Fueron dos o tres tardes de verano. Y esa noche
la primera casa prestada que recuerdo.
Si alguien me hubiese dicho entonces si te amaba,
¿qué habría contestado? Quería tus ojos negros,
el río oscuro y casi niño de tu hermoso cuerpo...
* * *
Otro año después, era casi el otoño. Un calor
opaco y dorado con sabor de merienda...
Y otra casa prestada a la hora de la siesta.
¿Te amaba? Me incendiaban tus ojos de africana
luna, y tu piel que enseñaba a mis manos delicia.
Y me acuerdo también de tu postura aquella,
y del fruto pequeño, escondido; y tu risa...
Te besaba. Yo hubiera querido allí morir contigo.
* * *
Pasó tiempo de nuevo. Y la casa prestada era
al menos la quinta. Yo te bañé de noche
y te unté de colonia (era invierno) y tus ojos
inmensos me querían. Hablábamos. Me contaste (y vi)
lo de las purgaciones. ¿Era el amor aquello?
Un nombre que sentaba muy bien a tu belleza.
* * *
Estés donde estés. Te suceda lo que te suceda,
yo te deseo el bien mayor, la bondad
imposible en este mundo. Te deseo el antiguo
verano y su agua dulce. El oro que mereces,
un bonancible viaje, y el amor que sé ya
(inútilmente ahora) que entonces te tenía.
para el Dolido, algo con lo cual se acuerda uno del amor.......ahhhh el amor, jajaj, bueno en fin
CANCIÓN DEL DEMASIADO AMOR
Quiero llorar porque te amé demasiado,
Quiero morir porque me diste la vida,
Ay, amor mío, ¿será que nunca he de tener paz?
Será que todo lo que hay en mí
Sólo quiere decir saudade...
Y ya ni sé lo que va a ser de mí,
Todo me dice que amar será mi fin...
Qué desespero trae el amor,
Yo que no sabía lo que era el amor,
Ahora lo sé porque no soy feliz.
es de Vinicius de Moraes
y después de leer estos poemas, ¿todavía te atreves a decirme que debo ser cínica y dejar de creer que algún día me amarán así?
Y si no pasa, y si ya pasó, que importa. Si me enveneno el alma con rencor tengo menos probabilidades de las que tengo ahora de conseguirlo.
Rochillito, bella:
I am your man.
Gracias Nurse y su Alteza, tuvieron sus contribuciones el efecto deseado y estoy llorando como un niño, solo espero que no me hechen fuera de la biblioteca y me dejen llorar a gusto...