respuesta a los efesios

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Según Google analytics, por culpa del post Voto por el suicidio o gracias a él a este blog llega un montón de gente con búsquedas así: “¿cómo suicidarme sin dolor?”, “suicidio con cianuro”, “chat suicida”, “suicidio + método”, “voy a matarme mañana”, “quiero matarme rápido”. Adelante, francamente. Nomás unas palabras. El buen Temístocles, “dice la historia”, tras de hacer un sacrificio a los dioses, convidar a sus amigos y estrechar manos con ellos, bebió sangre de toro. [La “historia” está en Plutarco; otros dicen “veneno”, pero así qué chiste. Me cae sensacional Temístocles; entre otras cosas porque es un taimado lameculos, pero con un discurso excelente. Cuando lo presentan ante el rey de Persia –que podía matarlo en ese instante– y éste le dice que hable sobre asuntos griegos, Temístocles, nada pendejo, “contestóle, que el discurso de un Hombre es como los tapetes persas, y sus patrones, y sus figuras hermosas se muestran solo quando se extienden estos tapetes; quando están en rollo, esurécense y piérdense; y que por esta razón, deseaba más tiempo”.] Zenón eleata, según Diógenes Laercio, tuvo la elegancia de hacerse matar: “cuando hubo dado información contra sus propios amigos, dijo que deseaba hablar en privado con el tirano, y cuando estuvo cerca de él, le mordió la nariz [o la oreja, según otro capítulo del mismo Diógenes], y no la soltó hasta que lo apuñalaron”. Otro Zenón, el cínico, dejó de respirar; también Licinio Macer, cuando lo estaban juzgando por extorsión. [Valerio Máximo, Dichos y hechos memorables, 9, 12, 7.] Catón se enterró su propia espada bajo el pecho, con cierta torpeza porque tenía la mano lastimada; sus sirvientes lo encontraron a medio destripar; llamaron al doctor, que empezó a remeterle las entrañas y a coserlo; cuando Catón se dio cuenta, aventó al doc, se metió mano y volvió a destriparse. Genial, pues. Porcia y Servilia ingirieron carbones ardientes; Séneca reporta un gladiador alemán que se asfixió con el palo con esponja –“consagrado al más vil de los usos”– que había en las letrinas. [Porcierto #1: en esa carta absolutamente magistral, la LXX, Séneca también menciona a Catón; porcierto #2: en una vieja Fortean Times leí que una señora canadiense se ahogó con papel de baño.]

Mmmm, no sé. En Viena, en ese tiempo rarísimo que arranca en el verano de 1888 y termina por ai de febrero de 1889, hubo varios suicidios memorables. Una mujer, por ejemplo, tomó un tren a Budapest; recién ganada cierta velocidad se paró, cogió un maletín y fue al baño; cuando salió estaba vestida de novia; le sonrió al resto de los pasajeros y se aventó del tren. Una pareja organizó un picnic pa dos, capón, caviar y champaña, afuera de un cementerio; luego se metieron; el güey le puso la pistola en la boca y disparó; luego se hizo lo mismo. [El método no es elegante, pero la ceremonia sí.] Un poco después, el 3 de septiembre, marcharon 52 bandas frente al príncipe Rudolf; hasta adelante iba un oficial; de repente se separó del desfile, trepó a un puente y se lanzó al precioso Danubio. Lo rescataron, ni modo, y se fue todo apenado a su casa. [La Biblioteca de Focio habla de Nireo, que se lanzó al mar; salió en las redes de unos pescadores, junto con un cofre de oro, con el que después quiso quedarse.] El propio príncipe Rudolf, que no tenía que agregar demasiado a su muerte para que fuera espectacular, mató a su novia y se pegó un tiro el 30 de enero de 1889.

¿Se entiende, no? He ahí algunos métodos que valen la “pena”. Y si no, al menos que la razón sea jugosa. El desengaño amoroso, el tedio y hasta las puras ganas ya son de güeva. Un millón de veces preferible suicidarse como aquel londinense que, durante la suicide-mania de 1862, se tiró no sé de dónde porque lo atormentaban “all the ghosts in the tragedy of Richard The Third”. En fin: suerte.


comer perro

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1. jis y trino; aparecido originalmente en el [viejo] chamuco, 1998.



2. gracias a alfonso maciel por el tip y a
gabo por su ostentosa colaboración.

3. más sobre comer perro:
acá y acá.


no leer

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Exagero, pero los grandes libros pueden ser peligrosos. Dante, en el canto V del Inferno, círculo de los lujuriosos, se encuentra con Paolo y Francesca; los llama y ellos vienen quali colombe dal disio chiamate, como palomas llamadas por el deseo. Ella cuenta su historia, mientras Paolo permanece en silencio: el amor los llevó juntos a la muerte: amor condusse noi ad una morte. Leían un día [eran cuñados] las aventuras de Lanzarote, per diletto, cómo lo apresaba el amor; estaban solos y nada sospechaban: senza alcun sospetto; a veces detenían la lectura, se miraban a los ojos, y palidecían: e scolorocci il viso. Cuando leyeron que Lanzarote besaba el deseado rostro de Ginebra, Paolo, que ya nunca se separará de mí, che mai da me non fa diviso, la boca me besó, tutto tremante. Y aquel día ya no seguimos leyendo: e quel giorno più non vi leggemo avante. Fueron víctimas de un doble asesinato, y de las leyes de Dios [se fosse amico il Re dell’Universo! se lamenta la pobre Francesca; obviamente, el rey del universo es nuestro enemigo; tal vez el único; me pregunto si alguna vez voy a cansarme de esos versos]. El libro de Lanzarote fue fatalmente peligroso, pero al canto V también hay que acercársele con cuidado. No sé cuándo Cernuda leyó estos versos [inf V, 121-123]:

nessun maggior dolore
che ricordarsi del tempo felice
nella miseria,


pero se le grabaron, supongo, y luego, cuando intentaba Donde habite el olvido, algo lo detuvo un segundo y lo hizo escribir [XI, 5-8]:

No quiero recordar
un instante feliz entre tormentos;
goce o pena, es igual,
todo es triste al volver.

Hacía siglos que un tal Cleombotro se lanzó de una muralla nomás haber leído el Fedón; así lo puso Calímaco:

una obra sola
de Platón que leyó, la que trata del alma.

[La historia está en
Antibárbaros.] Creo que es su amigo C.C. Clarke el que decía que Keats lanzaba gritos cada vez que leía un momento espeso en la versión de Chapman de la Ilíada, y el propio Keats escribe que se sentía como quien descubre un planeta:

like some watcher of the skies
When a new planet swims into his ken.


El jefe Bob Dylan, en la genial
Tangled up in blue [1975], recuerda:

She opened up a book of poems
And handed it to me
Written by an Italian poet
From the 13th century


[yo me imagino a un stilnovista, Guido Cavalcanti por ejemplo, y su verso aquel: noi sem le triste penne sbigottite]; cada palabra, dice, sonaba verdadera, y brillaba como un carbón ardiente, y se derramaba terriblemente de cada página, like it was written in my soul... Es mejor no leer nada.


hombres o payasos

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una de las dos preguntas que atosigan las noches de motolinía o de regina dice:

¿qué somos, hombres o payasos? [las respuesta, obvio, es payasos, pero ahorita eso no importa.]

se trata de un snowclone, esas como plantillas que sirven para rellenar, más o menos, con lo que se ocurra. lugares comunes cuando se termina la imaginación. hay algunos que mencantan:

i, for one, welcome our new X overlords,

que originalmente era i, for one, welcome our new insect overlords y lo dice kent brockman en homero en el espacio exterior, y ha sido ya “canine overlords”, “robot overlords”, “blah blah overlords”, “democratic overlords”, “christo-taliban overlords”, “intel overlords”, etc;

otros me gustan menos:

X is the new Y
un clásico es “gray is the new black” [es común que black sea el segundo elemento: clic]; uno visto en una camiseta de radiohead: “down is the new up”, uno sobre edades de actores porno: “60 is the new 50”, sobre edades de mujeres: “50 is the new 40”; este que no entiendo “puebla is the new cancún”, etc;

otros los detesto:

si los esquimales tienen N palabras para decir nieve, X debe tener Y palabras para decir Z
de ése ni doy ejemplos. dónde y cuándo habrá nacido
¿qué somos, hombres o X?
hazlitt escribió en 1541 esta frase: fear not, she said vnto her spouse, a man or a mouse wether ye be; el oxford dice que “man or mouse” significó en principio “successful person or a failure”. después están estos versos de burns (1785):

but mousie, thou are no thy-lane,
in proving foresight may be vain:
the best laid schemes o’ mice an’ men,
gang aft agley,
an’ lea’e us nought but grief an’ pain,
for promis’d joy!


ya con eso estaban puestos los dos elementos necesarios para crear la plantilla. el OED da como primera aparición el time del 30 de mayo de 1938, tercera columna de la página 48: “are we mice or men?” [“man or mouse” ya significaba “a courageous person or a coward”]. hay modo de llevar la fecha más atrás. en the iron puddler, 1922, hay esta frase:

a speaker asked are we mice or men? i ask them are they rats or men. i want these rats to come out of their holes and stand upon this floor.
y la pág 115 de miracle modern men de john dury cliff de 1939 [sólo un año después de la primera frase del OED] dice medio en broma:

furthermore a mouse is astonishingly like a man in its biological processes; so similar that an honest biochemist would have to answer the ancient query “are we mice or are we men?” with the statement that it’s pretty hard to tell.
la antigua pregunta… ¿qué tanto, carajo? en the writings of beth harte, pág 143, año 1896, están estos versos:

are we men or ––a-chew!–– here he gasped in his speech,
for a stink-pot had fallen just out of his reach,


o sea, al final del siglo antepasado ya se podía uno burlar de la pregunta. lo que sí es cierto es que después de los 40 es que agarra vuelo y se vuelve snowclone:

are we men or are we puppets? [1943]

en kitty kornered hay este diálogo gatuno:

sylvester: are we men, or are we mice?
tiny cat: i like cheese.
sylvester: [as he smacks the tiny cat] smack!
sylvester: aha! i think
i've got it.
tiny cat: the cheese?
sylvester: [as he smacks him] smack!
y sigue la lista:

are we men or are we morons? [1948]
are we men or are we lions? [1962]
are we men or are we liberals? [uf! 1962]
are we men or are we reptiles,
we english? [1970]
are we men or robots? [1970]
en it [1991] hay otro diálogo:

–Are we men or are we mice?
–We’re mice!
–Then let’s act like mice.

y el más joven de todos, que encontré en la estúpida revista american spectator, que juro no volver a leer:

waidaminit: what the hell is this? some liberal whinefest? are we men or are we french?
ya me cansé y tengo que trabajar. algún día sabré pa qué sirve todo esto.


libertinaje oral

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Ociosos, glotones, cachondos, libertinos, fumadores y bebedores del mundo, todo conspira contra vosotros. Mira a tu derecha: ahí está el matrimonio como una institución represora en la que quieren inscribirse hasta los antiguos forajidos; mira a cualquier lado: la gente te ve mal, estás gordo, nunca vas a fiestas con la misma mujer o el mismo tipo (piensan “pobre, él sí está solo”), tienes antojos todo el tiempo y, ocioso al fin, no te alcanza para pagarlos. Quieres juntarlo todo en una cama. Los nutriólogos, los dietistas, los psicólogos cuentan historias de miedo de gente como tú. Eres un triste ejemplo para ellos. Prohibido fumar, no confundas libertad con libertinaje y yo no me acuesto con panzones.
-----Pero a ti no te importa. Te ríes de tanta ley, de las recomendaciones del Surgeon General y del pobre de Charles Sorel, que en su Berger extravagant (1627) condenó al tabaco con el apelativo “postre del Infierno”. Otros (como tú) ven el puro consumirse como una hermosa serpiente marrón que cambia de piel al final de una comida, e intuyen en él aromas de nueces, de tierra mojada. En el mero principio del Dom Juan de Molière (1665) están aquellas sinuosas palabras, que uno prefiere degustar en voz baja, saboreando las sílabas: “Nada hay igual al tabaco: es la pasión de la gente honesta, y quien vive sin tabaco no es digno de vivir. No sólo regocija y purga el cerebro humano, incluso enseña al alma virtud, y aprendemos con él a ser hombres cabales. ¿No veis acaso, desde que uno lo enciende, la manera cortés en que se desea compartirlo a diestra y siniestra, doquiera que se esté?” ¿Quién no ha pedido un cigarro en un antro, con el deseo nada secreto de que ese regalo lleve en algún momento a las caricias? Casanova decía: “Como mi tabaco español era excelente, mi tabaquera siempre le daba la vuelta entera a la mesa.” Codera fumadora, ¡jamás! Y Margot la Ravaudeuse, en el libraco epónimo de Fougeret de Monbron (1750), comete “cien impertinencias” para seducir a un barón alemán en la ópera, entre ellas abrir y cerrar su tabaquera, sabrosísimamente...
-----El café también se deja debatir. Primero, por los desheredados a los que les impide dormir, aunque se trate sólo de ese jugo de calceta que suelen llamar “café americano”. Más triste es el caso de quienes lo agarraron como modita, para ver a la flora que se planta en el Starbucks de la esquina (y dejarse ver por ella)... Rápido vuelven a la mente el Casanova, él sí ejemplar, y sus cachonderies: cómo con la preciosa mucama Lucie el café se vuelve pretexto para “once noches de posesión”, y cómo le pide a la accesible mademoiselle Roman: “Permítame que vaya a verla mañana muy temprano, que me tome un café con usted, sentados bien cerquita los dos, en su lecho.” Todo el chisme está, claro, en la sápida Histoire de ma vie.
-----Del chocolate y sus virtudes eróticas hablan todos: el Thémidore de d’Aucour, el cura de L’Abbé Il-et-Elle,[1] Casanova (obvio), el querido marqués de Sade, pero las ostras se llevan de calle las referencias. Pretexto manifiesto para beber vino (champagne, sobre todo), en el XVIII se comían a lo loco: Gimord de la Reynière ya habla de la “indiscreción” de algunos invitados que las tragan “por centenas”, Furetière menciona a “codiciosos que comen seis docenas de conchas” por sentada… Cuánto pinche remilgo. Las ostras también son símbolos del sexo femenino: la joven Manon, en Thèrese philosophe (1748), cuenta de un cura que, en un intento frustrado de cunilingus, se ve reducido “al humillante recurso de escupir en la ostra que no puede tragar”.
-----Y las ostras llevan derechito a la ebriedad champenoise. El siempre reparón Grimod aconseja “usarla de una manera harto moderada”, además de por sus efectos en el intelecto y las costumbres porque, según él, “no hay un vino que convenga menos al estómago y que disturbe más desagradablemente a la digestión”. Bueno, cada quien. No hay un vino que nos aligere más. En Thérèse philosophe se bebe muchísimo, dice Serge Safran, “comme si une grande quantité de boisson correspondait à un excès de fornication”. Cuando, en Les Cent Vingt Journées de Sodome, Curval se encierra “en la alcoba del fondo con Fanchon, Marie, la Desgranges y treinta botellas de vino de Champagne”, ya sabemos que no van a salir de ese cuarto en blanco. También se bebe sablé o, en buen castellano, “de hidalgo”. Mi cita burbujeante preferida está en La Nouvelle Justine de Sade. “–Bueno, dice Rodin, bebamos estas seis botellas de champaña, y que Marthe y Célestine nos masturben mientras se las toman de hidalgo…” Hagámoslo pues. O para bañars, como la Duclos (120 journées…) ve a su hermana, chez la Guérin, “desnuda, en un gran bidet lleno de vino de Champagne, y ahí nuestro hombre, armado de una gran esponja, la limpiaba, la inundaba, recogiendo con cuidado hasta la más mínima gota que caía de su cuerpo y de la esponja”. Puro Las Vegas antes de que los ñoños se robaran el micrófono.
-----Pero a ti ninguna ñoñería te importa. Tú quieres más vino, ostras por docenas, café hasta el temblor de las manos y el último insomnio, quieres fumar más, más lo que sea. No te puedes contener. Y está bien que así sea: este lamentable mundo está en tu contra, quiere verte flaco, que duermas bien, que huelas a armani en la mañana, que respetes los semáforos y los viernes para coger. Allá el mundo. Cuando todo se acabe tú vas a estar en el Infierno, los pulmones grises, la garganta color vino tinto y los dientes negros, riéndote de todos y diciendo lo único que valdrá la pena decir ahí y entonces: “Yo viví.”
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[1] Para ir calentándonos: en Thémidore (1745) d’Aucour explota la voluptuosidad del chocolate de una forma deliciosamente inmoral, como medio para suavizar los peligros de una intriga amorosa. El buen Thémidore se aprovecha del medioprohibido chocolate para seducir a la devota señora de Dorigny cuando la sorprende en el baño. “Mientras nos preparaban un chocolate, me le acerqué, y recogí de su boca un néctar como el que les preparan a los dioses.” Y, en la intimidad, exige la memoria olfativa del lector: “los olores no eran fuertes, ni en gran cantidad, pero eran dulces y extendían un perfume suave que embalsamaba ligeramente la habitación y halagaba delicadamente nuestro olfato”. No queda más que imaginar cómo los efluvios del chocolate los envolvían “como mil besos”, en un espacio “embellecido por el gusto, dispuesto para la delicadeza y el placer”. Más adelante en la novela, en una hermosa metonimia, Mme de Dorigny le enviará por carta al protagonista una “nueva invitación al chocolate”. Ya sabemos de qué estamos hablando.
Y Mirabeau combina dos asuntos libertinos de excelencia en L’Abbé Il-et-Elle: el chocolate y el clérigo cachondo o l’ecclésiastique sensuel. Como es sabido, para el exigente sólo hay de dos: el chocolate espumoso y los acostones furtivos. En esa novela se da este curioso diálogo, entre un cura que ha bebido un chocolate que es casi pura espuma y una puta encantadora:
----–¿Es usted, encantadora Babet, quien ha preparado este chocolate excelente?
----–Sí, señor, fui yo.
----–Qué ganas de ser yo el chocolate... ¡Cuánta espuma echaría entre sus manos!
----–¡Un cura que echa espuma!
----–[señalándose el pito] Nomás haga de cuenta que éste es el molinillo...


zombies, man. they freak me out

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1.

mauricio, un decadente y una de las narices más aguantadoras de la ciudad de méxico [y dueño de un gran apodo: el X], propone el [after-] chirstmas project: un disco de cien rolas, nuevas o no, explosivas o introspectivas, todas sabrosamente comentadas, para ponerlo y dejarlo sonar en cualquier reventón de principio de año que más o menos se quiera dar a respetar. para djs que saben lo que son: rocolas humanas. [esto es una probada: el completo hay que pedírselo a mauricito antes de que se largue a NY:
acá.]

16. Woke up this morning: Alabama 3. Es el tema de apertura de todos los episodios de Los Sopranos. Make no mistake: Los Sopranos es uno de los trabajos de narrativa audiovisual más fascinantes y complejos de los últimos 10 años. Las cinco temporadas son una absoluta genialidad. Y parte de esa genialidad radica en su acertada selección musical. Desde su aparición, esta rola se elevó a status de clásico instantáneo. Ok Tony?

17.
Come to daddy: Aphex Twin. Rola mindfucking. When the drugs begin to take hold... bring on the AFX!

41.
Losing my edge: LCD Soundsystem. Me pregunto si todo este desmadre no es una manera de convencerme de que I’m not losing my edge. Una de las mejores letras del rock.

75.
Read my mind: The Killers. Cuando la saquen como sencillo va a ser hit masivo y estoy seguro que los remixes de esto van a ser muchos y muy buenos. Así que antes de que se queme a lo cabrón, pongámosla en el playlist.



2.

[hacia 1930 cernuda lee]

el año debe ser 1112
un sabio y sus discípulos, junto al Guadalquivir,
interrogan las dichas de Granada,
ponderan los limones los naranjos
la manzana jabí la berenjena
los zaguanes el talco las alhajas:
de súbito una flauta
sinüosa serpiente color blanco
se escurre en la ribera el pentagrama:
y eso ¿qué es? pregunta ün discípulo.
“Es la voz de Satán que llora sobre el mundo.”
Asediada por el tiempo
----------------------destrucción de la hermosura
atrás queda Granada

3.

ah, y este poema de zaidenwerg está muy bien: lo que el amor les hace a los poetas


  • EL PROFILE (COMPLETO)
    BREVE MANIFIESTO ANTROBIÓTICO

    THE SPECTATOR

    CLIC: BLOGS OF "NOTE"

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    DANZA CON LOBOS

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    ERECCIONES Y HUMEDADES LAS QUEJAS DEL JOVEN WERTHER PURA POESÍA TRADUCIR/SER OTRO DRUNK, THAT'S ALL GLOTONERÍAS ANYBODY FANCY A LINE? LA LISTA ANTROBIÓTICA

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    ARCHIVO LECUMBERRI