El hambre tiene esas cosas. Cuando llevas tres o cuatro días sin probar bocado, se te pone una foto fija en la cabeza, una imagen que te habla a las claras de tu alma, que te revela la esencia del monstruo que en ti habita. También a mí me llegó la hora. Primero vi la Imagen Verdadera acercarse borrosamente, pero luego se mostró con más arte y claridad que en una pintura hiperrealista. La imagen de lo que yo realmente era, de lo que verdaderamente y por encima de todas las cosas son y desean mis entrañas, se fijó como una lapa en mi cabeza y ya no volví a ser capaz de sentir ninguna otra cosa hasta salir, días más tarde, de aquella interminable acción tan juvenil y tan revolucionaria sabía lo que verdaderamente era. Perdí nueve kilos y medio, aguanté todo el tiempo que hizo falta y maldije lo más bendito por el hambre que me retorció las tripas aquellos días. Descubrí también el olor que tendrá mi cadáver una vez muera, pues es ése y no otro el olor que el cuerpo desprende tras cuatro días sin ingerir alimento. También aprendí una cosa que desde entonces me acompaña y consuela como fe absoluta. Una frase que afirmo ante cualquiera sin titubeos de ninguna clase, sin que me tiemble la voz: soy un comedor de cuchara. Sí, señoras y señores, ante el tenedor prefiero la cuchara. No lo sospechaba ni de lejos, pero así es. Ciertamente.No sé ustedes. Para mí, en un día de piedra y agonía, la mano de un desconocido tocada en esas líneas puede tener la firmeza que no tiene la mano del amigo. Más sobre lentejas: clic.
-----Mientras toda la gente soñaba con dulces y pasteles, yo veía un plato de lentejas bíblico, delicioso y simple, adornado con un trozo de chorizo rojo que, con sus matices colorados, rompía el cromatismo ocre de aquella naturaleza muerta, pero divina, que tenía en mi mente.
-----Sí, señor, en el fondo de mi alma, en el lugar donde la primera célula hace crecer a todas las demás, habitan unas lentejas con chorizo.
-------------
DANZA CON LOBOS-------------
ERECCIONES Y HUMEDADES-------------
ah, el libro es porca memoria de estos güeyes. robadlo o, en su defecto, compradlo.
Vendria bien un plato de lentejas asi ahora mismo.
adoro las lentejas. mi abuelo y mi padre (la cocina es patriarcal en mi familia)preparan unos guisos de lentejas que son un deleite y hacen bien al espiritu. deberiamos organizar una red clandestina que trafique tuppers frizados con platos deliciosos. yo podria aportar: guiso de lentejas, guiso de mondongo, pasta a la carbonara y milanesas...
Ya voy haciendo mi lista de libros que debo robar de Regina....
Un abrazo.
cuando quieras, güey
Toda mi vida he comido lentejas, pero por acá las comemos con fruta. Hacen una combinación muy grata.