una de esas vidas pequeñitas, que a nadie interesan, está en el satiricón de petronio arbiter. es la noche del banquete de trimalción, un nuevo rico naquísimo, intratable e imposiblemente divertido; corre vino del más viejo, platos espectaculares u horribles; el protagonista, encolpio, está recostado junto a un chismoso. éste le cuenta las virtudes y las calamidades de los otros comensales. de uno, que “está echado en el lugar del liberto” [illi qui libertini loco iacet], cuenta el chisme de su quiebra. es hermoso ese retrato. si mis papás no me tiran a una fosa común, ojalá que lo pongan en mi epitafio. en latín [parágrafo 38] va así:
en español así:
fue enterrador. comía como rey: jabalíes cerdosos, obras de pastelería, aves, cocineros, pasteleros. más vino se derramaba bajo su mesa que lo que muchos tienen en sus cavas. una fantasía, no un hombre.